Por lo tanto es importante conservarlos con sus características originales lo más auténticas posible. Sin embargo algunos de estos no reciben el trato debido y sufren deterioro por medio de las causas que veremos a continuación:
- Los fenómenos naturales: cambios de temperatura, grandes tormentas, nevadas, terremotos, asentamiento del suelo o descargas eléctricas, entre otros... todos fenómenos capaces de influir en la integridad de los monumentos en mayor o menor medida.
- La erosión: es el desgaste producido por el roce de agentes externos como el viento, polvo, lluvia o nieve sobre la superficie de la edificación.
- La corrosión: es producida por reacciones electro-químicas en su entorno provocando óxido o reducción en metales, cerámicas, polímeros, entre otros.
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